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El Teatro de Almendrales: Historia y Controversia en Usera

El barrio de Usera, conocido por su carácter multicultural y su lucha por mejorar las infraestructuras y servicios locales, ha sido testigo de muchas transformaciones a lo largo de los años. Entre sus rincones, uno de los más polémicos es el Teatro de Almendrales, una infraestructura que ha sido objeto de debate durante décadas. El edificio, aunque incompleto, es visto por muchos como un símbolo de lo que pudo haber sido un espacio cultural clave para el distrito.

 

Los inicios del Teatro de Almendrales

El Teatro de Almendrales fue uno de los teatros de Madrid proyectado en los años 90 con la intención de ofrecer un espacio cultural a un barrio que, históricamente, ha sido olvidado en términos de dotaciones culturales. Este teatro se concibió como un lugar donde los vecinos pudieran disfrutar de obras de teatro, conciertos, y eventos culturales que dinamizaran la vida social de la zona. Sin embargo, desde su origen, el proyecto estuvo plagado de dificultades.

 

En 1995, la construcción del teatro se paralizó, dejando el edificio inacabado. Desde entonces, la infraestructura ha permanecido cerrada, convirtiéndose en un lugar abandonado y sin uso, a pesar de las constantes demandas de los vecinos y colectivos locales que veían en este espacio una oportunidad para revitalizar el barrio.

 

La polémica sobre su demolición

A lo largo de los años, diferentes administraciones han debatido sobre el futuro del Teatro de Almendrales. Recientemente, el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Jorge Rodrigo, confirmó que el edificio será finalmente demolido. Durante una sesión de control en la Asamblea de Madrid, Rodrigo explicó que la infraestructura «está inacabada, incumple la normativa vigente y no puede adaptarse a otro uso», lo que ha provocado indignación entre los vecinos y partidos de la oposición.

 

La diputada de Más Madrid, Marisa Escalante, cuestionó la decisión durante el mismo pleno, subrayando que «se trata de un espacio cultural necesario en un distrito como Usera, históricamente maltratado». Esta postura es compartida por muchos colectivos del barrio, que ven en la demolición del teatro un símbolo del abandono institucional al que ha sido sometido Usera.

 

Según Jorge Rodrigo, a pesar de varios intentos de negociación con diferentes administraciones, no ha sido posible darle un uso adecuado al edificio. El consejero argumentó que «el teatro está fuera de ordenación urbana y, sobre todo, incumple con el urbanismo establecido por el Ayuntamiento de Madrid». Además, señaló que la situación del teatro es «fruto de una inviabilidad técnica» y que el edificio es «totalmente incompatible con el derecho urbanístico» de la región.

 

El futuro del espacio

A pesar de la inminente demolición, Jorge Rodrigo aseguró que «el suelo se liberalizará» una vez que se derribe el edificio, y garantizó que «seguirá siendo de uso dotacional». Esto significa que, en un futuro, se construirá una nueva infraestructura que beneficiará a los vecinos de Usera. Sin embargo, no se ha especificado qué tipo de equipamiento se levantará en el lugar, lo que genera incertidumbre entre los residentes del barrio.

 

Por su parte, Más Madrid ha criticado la rapidez con la que se ha tomado la decisión de demoler el teatro, así como la falta de transparencia por parte del gobierno autonómico, al no haber presentado los informes técnicos que justifican la demolición. Asimismo, la oposición cuestiona el «peligro inminente» del edificio, ya que, aunque el teatro está abandonado, el centro de salud que se encuentra al lado sigue en funcionamiento.

 

Conclusión

La historia del Teatro de Almendrales refleja los retos y dificultades que enfrenta Usera en su lucha por obtener mejores servicios e infraestructuras. La demolición del teatro marca el fin de una era de promesas incumplidas, pero también abre la puerta a nuevas oportunidades para el barrio. Los vecinos y colectivos locales esperan que las administraciones cumplan con su palabra y construyan un nuevo espacio que realmente responda a las necesidades culturales de la comunidad.

 

 

El Teatro de Almendrales, aunque nunca llegó a funcionar, sigue siendo un símbolo de las esperanzas y frustraciones de Usera, un barrio que continúa luchando por su identidad y desarrollo cultural.