Pasear en verano por el barrio de San Pascual, en el distrito de Ciudad Lineal de Madrid, se ha vuelto una odisea. Los vecinos lo llaman el “desierto de San Pascual” y no es para menos. Según datos del Ayuntamiento, este barrio cuenta con solo 4,6 árboles por cada 100 habitantes, menos de la mitad de la media madrileña, que se sitúa en 8,05 árboles.
Calles sin árboles y temperaturas asfixiantes
En pleno julio, las calles de San Pascual —como Antonio Calvo, Valentín Aguirre o María Nistal— apenas cuentan con sombra. Muchas de ellas no tienen ni un solo árbol de alineación, lo que provoca temperaturas extremas. “El asfalto alcanza los 50 o incluso 60 grados”, advierte Nuria Serrano, presidenta de la Asociación de Vecinos de San Pascual.
El calor impide la vida diaria
A mediodía, caminar por este barrio de Madrid es “imposible”. Los vecinos permanecen en casa para evitar riesgos, y las mascotas no pueden salir por miedo a quemarse las patas. Por la noche, la situación apenas mejora: “aquí no refresca”, asegura Serrano. A menudo, el termómetro marca 30 grados pasadas las 22:00 debido al calor retenido en el asfalto.
Reclamaciones históricas por más zonas verdes
La reivindicación vecinal para plantar más árboles en San Pascual no es nueva. Desde hace más de cinco años, exigen un plan municipal de arbolado urbano para dotar al barrio de sombra y aire limpio. “Tenemos espacio de sobra en las calzadas”, señalan. Comparan su situación con la de barrios como Chamberí o Salamanca, donde incluso en calles más estrechas hay vegetación.
El pasado 10 de junio, el Pleno del distrito aprobó por unanimidad una proposición para instar a la Junta Municipal a actuar. Esta resolución afecta a calles situadas entre Martínez Villergas, Virgen del Val, Avenida de Badajoz y Salvador de Madariaga.
Un plan necesario frente al cambio climático
Con nueve kilómetros de calles sin arbolar, el barrio necesita un cambio urgente. “Queremos un entorno más saludable y resistente al cambio climático”, declaran desde la Asociación. Aseguran que los árboles no solo reducen el calor, también disminuyen la polución y mejoran el bienestar general.
Según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), la sombra de los árboles puede reducir la temperatura ambiente entre 2 y 4 grados.
Además, Madrid ya cuenta con iniciativas exitosas como el Bosque Metropolitano, que podrían replicarse en barrios más olvidados.
Recursos y propuestas para un barrio más verde
Los vecinos proponen una solución sencilla: plantar árboles de alineación en las 13 calles que hoy carecen de ellos. También piden la habilitación de alcorques y el mantenimiento de las especies ya existentes.
Además, desde asociaciones vecinales piden revisar el presupuesto destinado a zonas verdes en distritos periféricos. “No es una cuestión estética, sino de salud pública”, concluye Serrano.
Un barrio que lucha por sombra y dignidad
La situación en San Pascual es reflejo de la desigualdad en el reparto de infraestructura verde en Madrid. Mientras algunos barrios disfrutan de calles arboladas, otros como este viven cada verano bajo el sol abrasador. La sombra no debería ser un privilegio, sino un derecho básico.
La petición de los vecinos por más árboles en San Pascual no solo es lógica, sino urgente. En un contexto de cambio climático y olas de calor, la respuesta del Ayuntamiento no puede seguir retrasándose.

