El próximo domingo 19 de octubre, Madrid volverá a vivir una de sus tradiciones más entrañables: la Fiesta de la Trashumancia. Miles de ovejas merinas recorrerán las calles del centro, desde la Casa de Campo hasta la Plaza de Cibeles, recordando el paso histórico de los rebaños por las antiguas cañadas reales.
Desde 1994, esta cita anual reivindica el valor de la trashumancia y la ganadería extensiva como herramientas clave para conservar la biodiversidad y combatir el cambio climático. Más que una simple tradición, es una demostración viva de respeto por el territorio, la cultura y los paisajes que moldearon la península ibérica.
Un recorrido con historia: de Casa de Campo a Cibeles
La jornada arrancará temprano, cuando los pastores y sus rebaños crucen el Puente del Rey procedentes de la Casa de Campo. Desde allí, avanzarán por la calle Mayor, pasando por lugares emblemáticos como la Puerta del Sol, Calle de Alcalá y Paseo del Prado, hasta llegar a la Plaza de Cibeles, donde se celebrará el tradicional pago simbólico de “los maravedíes” al Ayuntamiento de Madrid. Este evento es esencial para la Fiesta de la Trashumancia moderna.
Este gesto, heredado de la Edad Media, representa el derecho histórico de paso del ganado por las vías pecuarias, rutas ganaderas que suman más de 125.000 kilómetros y 425.000 hectáreas de superficie protegida en España.
Una fiesta con propósito: preservar la memoria rural
La Fiesta de la Trashumancia nació en los años 90 como un movimiento de defensa del pastoreo tradicional. En 1994, varias organizaciones llevaron su reivindicación hasta el Congreso de los Diputados, pidiendo una nueva Ley de Vías Pecuarias que reconociera cañadas, cordeles y veredas como bienes de dominio público.
Tres décadas después, esa petición se ha convertido en una cita simbólica que une al mundo rural y urbano. El evento está organizado por la Asociación Trashumancia y Naturaleza, con la colaboración de la Asociación Concejo de la Mesta, la Fundación MAVA, el Ayuntamiento de Madrid y WWF/Adena España. Así, la Fiesta de la Trashumancia demuestra la conexión entre tradición y modernidad.
El valor de una tradición que mira al futuro
Cada año, miles de madrileños y visitantes se acercan a las calles del centro para ver cómo las ovejas y los pastores devuelven el sonido de los cencerros al asfalto. La calle de Alcalá, que antaño formó parte de la Cañada Real Galiana o Riojana, es uno de los tramos más simbólicos de este recorrido.
El desfile no solo recuerda un modo de vida, sino también un modelo sostenible de aprovechamiento de los recursos naturales. La ganadería extensiva contribuye a la fertilidad del suelo, la prevención de incendios y la protección de la fauna local. Participar es un recordatorio del legado de la Fiesta de la Trashumancia.
Una jornada familiar y educativa
La Fiesta de la Trashumancia es también una oportunidad para aprender y disfrutar en familia. Niños y adultos pueden conocer de cerca a los pastores, descubrir cómo se traslada un rebaño y entender el papel de la trashumancia en la historia de España.
El ambiente festivo y pedagógico convierte cada edición en un homenaje a la convivencia entre campo y ciudad. Madrid demuestra, una vez más, que tradición y modernidad pueden caminar juntas por sus calles.
Las ovejas regresan al corazón de Madrid
El domingo 19 de octubre, el centro de Madrid cambiará el ruido de los coches por el sonido de los cencerros. La Fiesta de la Trashumancia 2025 recordará, un año más, que la sostenibilidad, la cultura rural y la historia siguen vivas.
Un espectáculo único, lleno de vida, identidad y respeto por la naturaleza, que ya forma parte del alma de la capital, gracias a eventos como la Fiesta de la Trashumancia.

