La Plaza de España es uno de los espacios más icónicos de Madrid, conocida por su monumental arquitectura y su importancia histórica en el desarrollo urbano de la capital española. Ubicada en el cruce de la Gran Vía y la Calle de Princesa, esta plaza ha sido testigo de la evolución de Madrid desde el siglo XVIII hasta convertirse en un punto neurálgico de la ciudad. En este artículo, exploramos la rica historia de la Plaza de España y su relevancia en el Madrid contemporáneo.
Orígenes de la Plaza de España
Este monumento se remonta al siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V. En aquel entonces, el área que hoy ocupa la plaza era conocida como el «Prado de Leganitos», una zona semi-rural situada a las afueras del núcleo urbano de Madrid. Con el crecimiento de la ciudad, esta área comenzó a urbanizarse gradualmente.
En el siglo XIX, se planteó la necesidad de crear un espacio público que conectara el Madrid antiguo con las nuevas expansiones urbanas hacia el oeste. Así, a finales de ese siglo y principios del XX, se diseñó un proyecto para la creación de una gran plaza que uniera la Gran Vía, que se estaba construyendo, con el Paseo de la Castellana y la Calle de Princesa. Este proyecto se concretó en la Plaza de España, que pronto se convirtió en un símbolo de la modernización de Madrid.
La Construcción de Monumentos y Edificios Emblemáticos
Uno de los elementos más reconocibles de la Plaza de España es el Monumento a Miguel de Cervantes, erigido en 1929. Este monumento fue diseñado para conmemorar al célebre autor de Don Quijote de la Mancha y es una obra conjunta de los arquitectos Rafael Martínez Zapatero y Pedro Muguruza, y los escultores Lorenzo Coullaut Valera y Federico Coullaut-Valera Mendigutia. El monumento centraliza la plaza con una estatua de Cervantes mirando a sus personajes, Don Quijote y Sancho Panza, quienes montan a caballo y en burro, respectivamente. Este conjunto escultórico se ha convertido en un lugar de visita obligada para quienes desean conectar con la literatura y la cultura españolas.
En la misma época, se comenzó la construcción de algunos de los edificios más altos y notables que rodean la plaza. El Edificio España, inaugurado en 1953, es uno de los más destacados. Con sus 25 pisos y una altura de 117 metros, fue durante muchos años el edificio más alto de Madrid y uno de los rascacielos más emblemáticos de Europa. Este edificio de estilo neobarroco se ha convertido en un símbolo de la arquitectura moderna de la posguerra.
Junto al Edificio España se encuentra la Torre de Madrid, construida entre 1954 y 1957. Con 142 metros de altura, fue el rascacielos más alto de España y el segundo de Europa en el momento de su finalización. Este rascacielos fue diseñado por los arquitectos Julián y José María Otamendi, y su presencia imponente sigue siendo una parte crucial del skyline de Madrid.
Renovación y Modernización
En los últimos años, la Plaza de España ha sido objeto de un ambicioso proyecto de renovación que comenzó en 2019 y se completó en 2021. Este proyecto buscaba modernizar la plaza para hacerla más accesible y agradable para los peatones, integrando más áreas verdes, mejorando la conectividad con los alrededores, y preservando su patrimonio histórico.
Las renovaciones incluyeron la creación de amplios espacios peatonales, la plantación de nuevos árboles y jardines, y la restauración del Monumento a Cervantes. Además, se han mejorado los accesos a la Gran Vía, al Templo de Debod y al Palacio Real, haciendo de la Plaza de España un nodo central que conecta algunos de los principales puntos de interés de Madrid.
La Plaza de España Hoy
Hoy en día, la Plaza de España es mucho más que un simple espacio urbano; es un símbolo de la evolución de Madrid y un reflejo de su espíritu moderno. Con sus jardines, monumentos históricos y la vibrante vida que la rodea, la plaza sigue siendo un punto de encuentro para locales y turistas. Su reciente renovación ha revitalizado el área, atrayendo a nuevas generaciones que disfrutan tanto de su valor histórico como de su ambiente contemporáneo.
La Plaza de España no solo es testimonio del pasado de Madrid, sino que también se proyecta hacia el futuro como un espacio donde la tradición y la modernidad coexisten en armonía. Con su rica historia y su continuo desarrollo, la Plaza de España sigue siendo, sin duda, el corazón palpitante de la capital española.